Desde el año 2000 las exportaciones de armas a nivel mundial se han estabilizado por primera vez, pero el gasto militar va en aumento y la guerra sigue siendo un instrumento de opresión. Así lo afirma el informe del Instituto internacional de investigación Sipri
Los principales países productores de armas no incrementan sus negocios, pero eso no significa que la circulación de armamento convencional, es decir, no nuclear, se haya detenido en el mundo. Esto se debe a que algunos países importadores están tratando de disminuir su dependencia económica de los que producen estos instrumentos de guerra. Estas son algunas de las cifras que figuran en el último informe sobre la evolución de la venta de armas en el mundo, publicado por el Instituto de investigación internacional Sipri, con sede en Estocolmo.
Superados los niveles de la Guerra Fría
Los datos publicados por el Sipri muestran que, aunque el volumen de las exportaciones de armas se mantuvo estable durante el período 2016-2020 en comparación con el anterior y no aumentó por primera vez desde 2001, el nivel sigue marcando un récord desde el final de la Guerra Fría. En los últimos cinco años, según el informe, tres de los cinco mayores exportadores del mundo, Estados Unidos, Francia y Alemania, han aumentado sus exportaciones y, por tanto, su volumen de negocio. Sin embargo, este crecimiento se ha visto compensado por el descenso de las ventas de otros dos países exportadores: Rusia y China.
Oriente Medio, la zona con más importaciones
La región de Oriente Medio es la zona del mundo que adquiere las mayores cantidades de armas ligeras y pesadas. Según el informe, Arabia Saudí es el primer importador mundial, con un 11% del total. Por otro lado, las importaciones de India están en franco descenso y, según el Sipri, es uno de los principales importadores de Rusia.
En el libro entrevista de Domenica Agasso, “Dios y el mundo que viene”, publicado por la Libreria Editrice Vaticana y Piemme, el Papa Francisco reitera con fuerza su llamamiento al mundo para que renuncie a las armas y trabaje para salvar vidas.
“Ya no es soportable que sigamos fabricando y traficando con armas, gastando enormes cantidades de capital que deberían utilizarse para curar a la gente, para salvar vidas. Ya no es posible fingir que no se ha producido un círculo dramáticamente vicioso de violencia armada, pobreza y explotación insensata e indiferente del medio ambiente. Es un ciclo que impide la reconciliación, alimenta las violaciones de los derechos humanos y obstaculiza el desarrollo sostenible”.
“Lo que se necesita contra esta discordia planetaria que está cortando de raíz el futuro de la humanidad es una acción política basada en la armonía internacional. Fraternalmente unidos, los seres humanos son capaces de hacer frente a las amenazas comunes, sin recriminaciones mutuas contraproducentes, explotación de los problemas, nacionalismo miope, propaganda de cierre, aislacionismo y otras formas de egoísmo político”
Es difícil rastrear el destino de los armamentos
Uno de los fenómenos más difíciles de vigilar es la desaparición de grandes cantidades de armas, especialmente las ligeras, pero también las pesadas, tal como lo informó en una entrevista Francesco Vignarca, Coordinador de la Red Italiana de Paz y Desarme.
Por: Vatican News