Esta mañana tuvo lugar la conferencia de presentación, en directo streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores y del Mensaje preparado por el Santo Padre para esta ocasión
Tal como se lee en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a las 11:30 horas de la mañana, en directo streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la conferencia de presentación de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores y del Mensaje preparado por el Santo Padre para esta ocasión. La Jornada, que se celebra el cuarto domingo de julio, cae este año el día 25 y su tema es: “Yo estoy con ustedes todos los días”.
Yo estoy con ustedes todos los días
Intervinieron en esta presentación el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; el Dr. Vittorio Scelzo, Encargado de la pastoral de los ancianos del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; la Señora Monique Bodhuin, Presidenta de Vie Montante Internationale, conectada desde Estrasburgo, Francia; la Señora Maria Sofia Soli, de “Viva gli anziani” de la Comunidad de San Egidio; y la Señora Elena Liotta, de “Giovani per la pace” de la Comunidad de San Egidio.
Intervención del Cardenal Kevin Farrell
En su intervención, el Cardenal Farrell afirmó que esta Jornada Mundial “es una fiesta”. Y dijo que se sentía la necesidad, tras un año tan difícil, de esta fiesta, que implica a los abuelos y a los nietos, a los jóvenes y a los mayores.
“‘Había que hacer fiesta’ dice el Padre en la parábola. Se abre una nueva página, tras unos meses dramáticos de dificultades. Y, sin embargo, muchas personas mayores tendrían derecho a quejarse de cómo han sido tratadas – o maltratadas – en estos meses de pandemia. Pero la Iglesia nos invita a dar un paso más y nos habla de ternura”
Ternura hacia los mayores
“Ternura hacia los mayores – dijo el Purpurado – porque, como nos recuerda el Santo Padre en el mensaje que hoy les presentamos, el Coronavirus ‘les ha reservado un trato más duro’. Por eso, el Papa espera la visita de un ángel, que baje a consolarlos en su soledad, e imagina que este ángel puede tener el semblante de un joven que visita a un anciano”.
Y después de destacar que esta nueva Jornada también habla “de la ternura de los abuelos hacia sus nietos, de la guía segura que pueden ser los mayores para tantos jóvenes que se encuentran perdidos, especialmente en una época como la que vivimos, en la que las relaciones humanas se han enrarecido”, el Cardenal Farrell añadió:
Nuestras sociedades están fragmentadas
“La ternura no es sólo un sentimiento privado, que alivia las heridas, sino una forma de relacionarse con los demás, que también debería respirarse en el espacio público. Nos hemos acostumbrado a vivir solos, a no abrazarnos, a considerar al otro un peligro para nuestra salud. Nuestras sociedades, nos dice el Papa en Fratelli tutti, están fragmentadas”
Bálsamo que todos necesitamos
Por lo tanto, la ternura tiene “un valor social, que la celebración del Día pretende afirmar”, prosiguió y agregó que “es un bálsamo que todos necesitamos, y nuestros abuelos pueden ser sus dispensadores”.
Volver a aprender el arte de las relaciones
“En la sociedad deshilachada y endurecida que está surgiendo de la pandemia, dijo también el Cardenal Farrell, no sólo hay que vacunarse y recuperarse económicamente”, sino que “h
ay que volver a aprender el arte de las relaciones. En esto, los abuelos y los mayores pueden ser nuestros maestros. Por eso también son tan importantes”.
Un mensaje afectuoso y exigente
El Purpurado recordó que este mensaje “es a la vez afectuoso y exigente con los abuelos y las personas mayores”. Y dijo que “el Santo Padre se dirige a ellos con palabras afectuosas, pero también les anuncia una llamada a ‘una vocación renovada en un momento crucial de la historia’”.
Sueños, memoria y oración
“Hay tres elementos que caracterizan esta llamada: ‘sueños, memoria y oración’. La cercanía del Señor, dice el Papa, ‘dará la fuerza para emprender un nuevo viaje incluso a los más frágiles de entre nosotros, por los caminos de los sueños, la memoria y la oración’. Sin embargo, lo que parece más relevante no es tanto la forma en que se declina esta vocación, sino la circunstancia de que se consideran destinatarios de una llamada específica”
En la Iglesia los abuelos y mayores tienen un lugar de honor
Después de destacar que “en la Iglesia, con el Papa Francisco, los abuelos y los mayores tienen un lugar de honor y la Jornada que celebramos pretende reafirmarlo”, el Cardenal Farrell aludió al tema de la sabiduría de los mayores, que “no proviene de la idea de que los mayores están dotados de mayor sabiduría que los demás, sino que tienen una sabiduría experiencial, la sabiduría de muchos años de vida”.
Sabiduría de los mayores
“Las personas mayores – dijo – son, desde esta perspectiva, un gran recurso para salir de la crisis mejores y no peores. Sobre todo, pueden ayudarnos a comprender que la crisis que vivimos no es la primera ni será la última, y que las vicisitudes de los hombres y mujeres forman parte de una historia que las trasciende”.
“Espero que el Día Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores nos ayude a crecer en el afecto por nuestros abuelos y a descubrirlos como maestros de ternura, guardianes de nuestras raíces y dispensadores de sabiduría. Por nuestra parte, toda la Iglesia repite a cada abuelo y a cada persona mayor: ‘estaremos contigo todos los días’, hasta el fin del mundo”
Intervención del Doctor Vittorio Scelzo
El Doctor Scelzo ofreció diversas informaciones sobre esta primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, que se celebrará este año por primera vez el próximo 25 de julio, e ilustró el material que el Dicasterio puso a disposición a partir de hoy.
“A partir de las 12 horas, en la página web www.amorislaetitia.va se podrá encontrar el mensaje del Santo Padre para la Jornada, tanto en vídeo como en una versión sencilla para imprimir y regalar a los mayores; también habrá una oración compuesta para la ocasión, algunas sugerencias pastorales sobre cómo celebrar la Jornada, un subsidio litúrgico y una colección de palabras del Santo Padre sobre los ancianos”
Entre otras consideraciones sugirió que durante la visita de los nietos a sus abuelos y de los jóvenes a los mayores solos, se les entregue el mensaje del Papa o se les haga escuchar el vídeo, y que asimismo se rece con la oración preparada para la Jornada.
Misa del Papa
En Roma, el 25 de julio a las 10:00 horas, el Santo Padre celebrará una misa con los abuelos y ancianos de su diócesis en la que participará un número limitado de personas, en cumplimiento de la normativa sanitaria que estará en vigor en ese momento
Asimismo explicó que las diócesis y parroquias podrían dedicar una de sus misas dominicales a la celebración de esta Jornada, con la sugerencia de que participe el mayor número posible de abuelos y mayores de modo personal, para que su presencia sea una señal manifiesta de la importancia que tienen en la comunidad.
“Dentro de unos días publicaremos el vídeo de la oración rezada por el Santo Padre junto a personas mayores de todo el mundo (entre ellos está también el obispo más longevo del mundo que tiene 101 años). En estos días lanzaremos una campaña social e invitamos a todos – especialmente a los más jóvenes – a contar las visitas y las iniciativas que surjan utilizando el hashtag #IamWithYouAlways”
Intervención de la Señora Monique Bodhuin
La Señora Bodhuin agradeció al Cardenal Farrell su invitación para intervenir en esta ocasión en nombre de Vie Montante International (VMI), un movimiento de la acción católica con unos cuarenta mil miembros en todos los continentes, cuya misión se basa en tres pilares: la amistad, la espiritualidad y la implicación en la sociedad. A lo que agregó:
“Esta Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores es un acontecimiento fantástico; agradezco al Cardenal y a sus colaboradores la organización de la misma; una primera vez que no puede dejar de tener continuidad”
Fuente de gran esperanza para los mayores
Y en cuanto al mensaje del Santo Padre dijo que “marca el sentido y el tono de esta jornada”; por lo que se pueden sacar algunas orientaciones y “su contenido es una fuente de gran esperanza para todos los mayores”.
“Depende de cada uno de nosotros – dijo además – encontrar la manera de expresar la presencia afectuosa y la ternura sincera que los mayores necesitan para alimentar sus ganas de vivir. Sus ganas de vivir han sido minadas durante más de un año por la pandemia; mucho antes de que el virus Covid-19 trastornase el mundo, el Papa Francisco no perdía la oportunidad de decir a la Iglesia y al mundo que el cuidado de los mayores es el deber de todo hombre y mujer digno de ese nombre: para él, una civilización que descuida a sus mayores es una civilización perdida”.
Seguir soñando
“Queremos decir a los abuelos y a los mayores que tienen un lugar en nuestro corazón y que forman parte de pleno derecho de la comunidad eclesial (…) Concluyo citando al Santo Padre porque estas pocas palabras están llenas de esperanza para el futuro y dan una orientación: ‘¿Quién, si no los jóvenes, puede tomar los sueños de los ancianos y llevarlos adelante? Pero para ello es necesario seguir soñando’”
Intervención de la Señora María Sofía Soli
La Soli también agradeció la oportunidad de dar su testimonio como persona mayor, con un agradecimiento al Papa Francisco, que ha querido dedicar esta extraordinaria Jornada Mundial a todos los mayores, abuelos y abuelas, en un momento marcado por la tragedia de la pandemia.
No desperdiciar esta crisis
“Hoy, cuando el mal parece alejarse sentimos con demasiada fuerza la necesidad de dar nuestra contribución para no ‘desperdiciar esta crisis’, para orientar a la humanidad hacia un futuro mejor, con menos egoísmo y oposición y más fraternidad”
Honrar nuestra edad
“Queremos honrar nuestra edad – dijo al concluir – sembrando con toda la energía que nos queda los tres pilares de los que habla el Papa Francisco en su mensaje: sueños, memoria, oración. Mientras a nuestro alrededor el mundo parece encogerse, es hermoso ampliar la mirada de nuestro corazón con nuestros sueños, y transmitirlos a los que vendrán después de nosotros, sabiendo que sin memoria no hay futuro. La memoria no es un fin en sí misma, no nos hace prisioneros del pasado. Como dice el Papa, son los cimientos de una casa en construcción”.
Intervención de la Señora Elena Liotta
Por último, la Señora Elena recordó que la primera vez que la invitaron a visitar a algunas mujeres mayores en una institución del centro de Roma, acababa de empezar la escuela secundaria:
“Puedo decir que recibí la gracia de la amistad con los mayores desde muy joven. Descubrí un mundo desconocido y fascinante aunque aparentemente lejano: caminamos a velocidades opuestas, nosotros nos sentimos como el principio, ellos parecen el final”
Amistad con ellos
“Y sin embargo – prosiguió – en mi amistad con ellos encontré un tesoro: la necesidad y la alegría de detenerse y escuchar; la belleza de un encuentro verdadero, no mediado por el distanciamiento que imponen las redes sociales. Aprendí a caminar junto a los más frágiles, a ajustar el ritmo, sin la prisa por perseguir compromisos y oportunidades que al final te dejan insatisfecho y con un vacío interior”.
“En un mundo que idolatra el dinero y el éxito personal como medida de bienestar, he aprendido a valorar cada momento vivido junto a los que te quieren. En largas conversaciones con ellos descubrí mis raíces, cómo era Roma antes de que yo naciera, el duro trabajo de una generación que reconstruyó Italia, sacrificando su presente para darme a mí y a muchos hijos y nietos un futuro mejor. Los mayores son historia entre nosotros”
Los mayores son historia
“Podemos salir mejores de la pandemia, como nos recuerda a menudo el Papa. Pero para nosotros, los jóvenes, esto significa asumir la responsabilidad de salir de nuestra concentración en nosotros mismos, de nuestra egolatría, y construir redes y vínculos entre generaciones”, dijo hacia el final de su intervención. Y concluyó:
“Sin memoria, cuando el presente parece oscuro y carente de perspectivas esperanzadoras, es difícil imaginar el futuro y soñar. Sin memoria las tormentas parecen gigantescas e imposibles de superar. La alianza entre jóvenes y mayores es el gran recurso para afrontar las tormentas y soñar con un futuro diferente, un futuro mejor para todos”
Por: Vatican News