Desde el Coliseo, símbolo de la historia humana y del sufrimiento de tantos, el Papa León XIV presidió un encuentro interreligioso de oración por la paz junto a líderes de diversas religiones del mundo, organizado por la Comunidad de San Egidio. En su mensaje, el Pontífice lanzó un llamado urgente a la reconciliación y a la responsabilidad común de las religiones en la construcción de un mundo sin violencia.
Se ha llevado a cabo desde el domingo el encuentro internacional Religiones y Cutluras conel título “Atreverse a la paz”, organizado cada año por la Comunidad de San Egidio. En estos días, miles de participantes y líderes religiosos de todo el mundo y de todas las religiones, pero también hombres de cultura, de la sociedad civil, de la política, la economía han hablado sobre este tema fundamental: Atraverse a la paz. Como conclusión de este encuentro internacional, la ceremonia final tuvo lugar en el Coliseo, en donde el Papa León XIV, pronunció su discurso, donde en primer lugar aseveró que “la paz es un camino permanente de reconciliación” y subrayó que los conflictos son inevitables en la vida humana, pero que la guerra “nunca ayuda a resolverlos”.

El Papa enciende el candelabro de la paz
“Les agradezco que hayan venido aquí a rezar por la paz, mostrando al mundo lo decisiva que es la oración. El corazón humano debe disponerse a la paz, en la meditación se abre y en la oración sale de sí mismo. Volverse a sí mismo para salir de sí mismo. Esto es lo que testimoniamos, ofreciendo a la humanidad contemporánea los inmensos tesoros de las antiguas tradiciones espirituales.”
El mundo tiene sed de paz
León XIV denunció con claridad el uso de la religión como justificación de la violencia: “Quien no reza abusa de la religión, incluso para matar. La oración no son palabras gritadas, sino un movimiento del espíritu, una apertura del corazón”. Insistió en que los templos y lugares sagrados deben ser santuarios de reconciliación y oasis de paz, donde las diferencias no separen sino que unan.




Atreverse a la paz
“¡Basta ya de guerras, con sus dolorosos cúmulos de muertos, destrucciones y exiliados! Hoy nosotros, juntos, manifestamos no sólo nuestra firme voluntad de paz, sino también la conciencia de que la oración es una gran fuerza de reconciliación.”
La oración en el espíritu de Asís
El Papa evocó el histórico Encuentro de Asís de 1986, convocado por san Juan Pablo II, donde por primera vez líderes de distintas religiones rezaron juntos proclamando: “nunca más unos contra otros, sino unos junto a otros”. Aquel gesto —dijo— “fue un punto de inflexión en las relaciones entre las religiones” y hoy debe renovarse ante un mundo que parece haber olvidado ese espíritu.




El Papa con líderes religiosos y los niños futuro de la paz (AFP or licensors)
“Fue un momento histórico … En el “espíritu de Asís”, año tras año, han continuado estos encuentros de oración y diálogo que han creado un clima de amistad entre los líderes religiosos y han abrazado muchas peticiones de paz. Hoy en día, el mundo parece haber tomado la dirección opuesta, pero nosotros volvemos a empezar desde Asís, desde esa conciencia de nuestra tarea común, desde esa responsabilidad por la paz.”
Agradeció a la Comunidad de San Egidio y a otras organizaciones por mantener vivo el “espíritu de Asís”, incluso en medio de la indiferencia global. Además, recordó que el encuentro coincidía con el 60º aniversario de la Declaración Nostra Aetate, texto clave del Concilio Vaticano II que abrió una nueva etapa de diálogo entre la Iglesia católica y las religiones del mundo. Citando sus palabras, reiteró que “no podemos invocar a Dios, Padre de todos, si no tratamos como hermanos a los hombres y mujeres creados a su imagen”.
La guerra nunca es santa sólo la paz es santa
El Papa retomó también una advertencia del Papa Francisco, pronunciada el año anterior: “Debemos alejar de las religiones la tentación de alimentar nacionalismos, etnicismos y populismos.




Momento del discurso del Papa León XIV (@Vatican Media)
“Las guerras se recrudecen. ¡Ay de aquellos que intentan arrastrar a Dios a participar en las guerras!». Hago mías estas palabras y repito con fuerza: ¡la guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es la voluntad de Dios!”
León XIV hizo suyas estas palabras y elevó un llamado directo a los líderes políticos: “Poner fin a la guerra es un deber impostergable ante Dios. La paz debe ser la prioridad de toda política. Dios pedirá cuentas a quienes fomentan los conflictos”.




Papa León XIV en encuentro religioso por la paz (@Vatican Media)
“No podemos aceptar que este momento se prolongue más, que moldee la mentalidad de los pueblos, que nos acostumbremos a la guerra como compañera normal de la historia humana. ¡Basta! Es el grito de los pobres y el grito de la tierra. ¡Basta! ¡Señor, escucha nuestro clamor!”
¡Basta! Es el grito de los pobres y de la tierra
En su discurso, el Pontífice recordó la visión del venerable político italiano Giorgio La Pira, quien soñaba con “una historia nueva del mundo, la era de la negociación”, y afirmó que ese sueño sigue siendo posible si los pueblos se atreven a creer en el diálogo, la cooperación y la justicia.




Momento de la oración ecuménica (@Vatican Media)
“La cultura de la reconciliación vencerá a la actual globalización de la impotencia, que parece decirnos que otra historia es imposible. Sí, el diálogo, la negociación, la cooperación pueden afrontar y resolver las tensiones que se abren en las situaciones conflictivas. ¡Deben hacerlo! Existen los ámbitos y las personas para hacerlo.”
“¡Basta! —clamó el Papa—. Es el grito de los pobres y de la tierra. No podemos aceptar que la guerra siga moldeando nuestra historia”. Con este grito final, León XIV sintetizó el deseo compartido de los líderes presentes: devolver al mundo la esperanza de la paz a través de la oración, el diálogo y la fraternidad entre las religiones.
“Si el mundo no escucha nuestro llamado —concluyó—, estamos seguros de que Dios escuchará nuestra oración y el lamento de tantos que sufren. Él quiere un mundo sin guerra. Él nos librará de este mal”.




Papa León XIV al momento de su apremiante discurso
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El mundo tiene sed de paz
León XIV denunció con claridad el uso de la religión como justificación de la violencia: “Quien no reza abusa de la religión, incluso para matar. La oración no son palabras gritadas, sino un movimiento del espíritu, una apertura del corazón”. Insistió en que los templos y lugares sagrados deben ser santuarios de reconciliación y oasis de paz, donde las diferencias no separen sino que unan.




Atreverse a la paz
“¡Basta ya de guerras, con sus dolorosos cúmulos de muertos, destrucciones y exiliados! Hoy nosotros, juntos, manifestamos no sólo nuestra firme voluntad de paz, sino también la conciencia de que la oración es una gran fuerza de reconciliación.”
La oración en el espíritu de Asís
El Papa evocó el histórico Encuentro de Asís de 1986, convocado por san Juan Pablo II, donde por primera vez líderes de distintas religiones rezaron juntos proclamando: “nunca más unos contra otros, sino unos junto a otros”. Aquel gesto —dijo— “fue un punto de inflexión en las relaciones entre las religiones” y hoy debe renovarse ante un mundo que parece haber olvidado ese espíritu.




El Papa con líderes religiosos y los niños futuro de la paz (AFP or licensors)
“Fue un momento histórico … En el “espíritu de Asís”, año tras año, han continuado estos encuentros de oración y diálogo que han creado un clima de amistad entre los líderes religiosos y han abrazado muchas peticiones de paz. Hoy en día, el mundo parece haber tomado la dirección opuesta, pero nosotros volvemos a empezar desde Asís, desde esa conciencia de nuestra tarea común, desde esa responsabilidad por la paz.”
Agradeció a la Comunidad de San Egidio y a otras organizaciones por mantener vivo el “espíritu de Asís”, incluso en medio de la indiferencia global. Además, recordó que el encuentro coincidía con el 60º aniversario de la Declaración Nostra Aetate, texto clave del Concilio Vaticano II que abrió una nueva etapa de diálogo entre la Iglesia católica y las religiones del mundo. Citando sus palabras, reiteró que “no podemos invocar a Dios, Padre de todos, si no tratamos como hermanos a los hombres y mujeres creados a su imagen”.
La guerra nunca es santa sólo la paz es santa
El Papa retomó también una advertencia del Papa Francisco, pronunciada el año anterior: “Debemos alejar de las religiones la tentación de alimentar nacionalismos, etnicismos y populismos.




Momento del discurso del Papa León XIV (@Vatican Media)
“Las guerras se recrudecen. ¡Ay de aquellos que intentan arrastrar a Dios a participar en las guerras!». Hago mías estas palabras y repito con fuerza: ¡la guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es la voluntad de Dios!”
León XIV hizo suyas estas palabras y elevó un llamado directo a los líderes políticos: “Poner fin a la guerra es un deber impostergable ante Dios. La paz debe ser la prioridad de toda política. Dios pedirá cuentas a quienes fomentan los conflictos”.




Papa León XIV en encuentro religioso por la paz (@Vatican Media)
“No podemos aceptar que este momento se prolongue más, que moldee la mentalidad de los pueblos, que nos acostumbremos a la guerra como compañera normal de la historia humana. ¡Basta! Es el grito de los pobres y el grito de la tierra. ¡Basta! ¡Señor, escucha nuestro clamor!”
¡Basta! Es el grito de los pobres y de la tierra
En su discurso, el Pontífice recordó la visión del venerable político italiano Giorgio La Pira, quien soñaba con “una historia nueva del mundo, la era de la negociación”, y afirmó que ese sueño sigue siendo posible si los pueblos se atreven a creer en el diálogo, la cooperación y la justicia.




Momento de la oración ecuménica (@Vatican Media)
“La cultura de la reconciliación vencerá a la actual globalización de la impotencia, que parece decirnos que otra historia es imposible. Sí, el diálogo, la negociación, la cooperación pueden afrontar y resolver las tensiones que se abren en las situaciones conflictivas. ¡Deben hacerlo! Existen los ámbitos y las personas para hacerlo.”
“¡Basta! —clamó el Papa—. Es el grito de los pobres y de la tierra. No podemos aceptar que la guerra siga moldeando nuestra historia”. Con este grito final, León XIV sintetizó el deseo compartido de los líderes presentes: devolver al mundo la esperanza de la paz a través de la oración, el diálogo y la fraternidad entre las religiones.
“Si el mundo no escucha nuestro llamado —concluyó—, estamos seguros de que Dios escuchará nuestra oración y el lamento de tantos que sufren. Él quiere un mundo sin guerra. Él nos librará de este mal”.




Papa León XIV al momento de su apremiante discurso
Por: Vatican News

