“En caso de emergencia, no tengo objeción alguna a la confesión por videoconferencia, pero la encuentro innecesaria”, aseguró el cardenal António Marto, Obispo de Leira-Fátima, en entrevista concedida a Religión Digital.
Marto asegura en la entrevista que “el Espíritu Santo también actuará por estos medios”. Sin embargo, encuentra “innecesarias” las video-confesiones, desde el momento que Francisco mencionó que, según el Catecismo de la Iglesia Católica, “es posible ‘confesarse’ directamente a Dios con arrepentimiento y petición de perdón y con el propósito de celebrar la confesión sacramental cuando se pueda”.
No es el primero en afirmar algo así. El pasado 15 de marzo, Reinhold Nann, obispo de Caravelí, en Perú, anuló una ‘autorización’ para confesar por teléfono en tanto dure la pandemia de coronavirus que había publicado unos días antes, algo que no está autorizado a hacer.
Naturalmente, Marto no solo disiente de quienes puedan ver en la actual peste un castigo o advertencia de Dios, sino que calificó tal sugerencia de “ignorancia”, “fanatismo sectario”, “locura” y algo “no cristiano”.