(Aciprensa)- Este viernes 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el martirio de la religiosa italiana María Laura Mainetti, asesinada por tres adolescentes en un rito satánico en el año 2000.
Sor María Laura, que era superiora de la comunidad de las Hijas de la Cruz en el Instituto María Inmaculada de Chiavenna (Italia), fue asesinada de 19 cuchilladas en la noche del 6 al 7 de junio del año 2000.
Las asesinas fueron adolescentes de 17 años y una de 16. Al momento de su muerte en una oscura calle, la religiosa tenía 60 años.
Originalmente el objetivo del ritual satánico era un sacerdote, Mons. Ambrogio Balatti, que era arcipreste de Chiavenna San Lorenzo. Las muchachas desistieron de matarlo porque vieron que era corpulento y eso las complicaría. Por ello finalmente decidieron matar a la religiosa a la que vigilaron durante varios meses, según informa un medio local.
La idea primera del asesinato no eran 19 cuchilladas sino 18, seis cada una por el “número de la bestia” (666) del que habla el libro del Apocalipsis. El ataque comenzó con un golpe de ladrillo en la cabeza de Sor María Laura. Además y durante el homicidio sonaban algunas canciones de Marilyn Manson, un polémico músico estadounidense que tiene entre sus álbumes uno titulado “Anticristo Superstar”.
Una de las chicas era amante de un adulto casado y con hijos, en cuya casa encontraron escritos satánicos similares a los hallados en la escena del crimen, donde las tres jóvenes se cortaron el brazo para hacer un pacto de sangre.
Ambra Gianasso, Milena De Giambattista y Veronica Pietrobelli fueron halladas culpables de la muerte y sentenciadas a prisión. Algunos años después salieron de la cárcel y participaron en programas de servicio comunitario. Ahora, con nuevas identidades, han podido rehacer sus vidas. Según el Corriere della Sera, no se sabe si conocen de la causa de beatificación de Sor María Laura.
Cuando se inició la causa en el año 2005 en la Diócesis de Como, Mons. Balatti, relató que las tres asesinas “no podían encontrar excusa mejor para atraer a Sor Laura. Una de ellas dijo que esperaba un niño, que había sido rechazada por la familia y por el novio y que no sabía qué hacer ni adónde ir”.
“¿Cómo podía Sor Laura, cuyo nacimiento costó la vida a su madre, muerta pocos días después de haberla dado a luz a consecuencia del parto, rechazar ayudar a aquella muchachita que decía que era madre? Ciertamente, mentía. Pero son valoraciones que hacemos ahora”, dijo entonces el sacerdote.
Cuando se hicieron los interrogatorios, las responsables dijeron inicialmente que mataron a Sor María Laura para “alejar el aburrimiento”, pero luego confesaron que su intención era hacer un rito satánico matando a un sacerdote o una religiosa, por ser ambos expresión de la presencia de Dios.
Las jóvenes también que contaron que mientras moría, Sor María Laura rezó por ellas y dijo: “Señor, perdónalas”.
Hace unos días, el 6 de junio, el Obispo de Como, Mons. Oscar Cantoni, presidió una Misa en Chiavenna por los 20 años de la muerte de la religiosa.
En su homilía, publicada en el sitio web de la diócesis, el Prelado afirmó que “veinte años nos separan de su dramática muerte y su mirada llena de ternura para todos, su deseo de testimoniar el amor personal de Jesús ante los pequeños, los pobres, los humildes, sigue fascinando a cuantos han tenido la fortuna de acercarse a ella o la conocieron a través del testimonio de quienes en estos años han mantenido viva su memoria”.
“Nos unimos a esta acción de gracias para poder recibir aquellos dones de vida evangélica que han sido ampliamente reconocidos en Sor Laura, tan necesarios hoy para cada uno de nosotros si es que queremos ser, como ella, pan maduro para la vida del mundo”, prosiguió.
Mons. Catoni dijo además que “Sor María Laura es venerada por el pueblo de Dios de todas las edades. Su sacrificio es el resultado final de una existencia enteramente entregada” como hizo “Jesús, su amado esposo”.
“Invocamos la ayuda de Sor María Laura, con la cierta esperanza de que pronto la Iglesia la reconocerá entre los beatos, amigos del Señor”, resaltó.
Las religiosas hermanas de Sor María Laura comentan de ella que su proyecto de vida se puede resumir en algo que decía: “Hacer algo bello por los otros” y “estar siempre disponibles en todo para los otros, hasta dar la vida como Jesús”.
Teresina Mainetti, nombre original de Sor María Laura, nació en Colico el 20 de agosto de 1939. Fue la décima hija de Marcellina y Stefano. En una confesión, indica la Diócesis de Como, un sacerdote le dijo que “de tu vida debes hacer algo bello para los otros”.
A los 18 años ingresó en la Congregación de las Hijas de la Cruz. En agosto de 1959 hizo sus primeros votos y en 1960 hizo sus votos perpetuos en La Puye, en la casa madre de la congregación en Francia.
Dedicó su vida a servir a los niños, los jóvenes y las familias en Vasto, Roma, Parma, hasta que llegó a Chiavenna en 1984. En 1987 fue elegida superiora de esa comunidad.
Tras el traslado de sus restos del cementerio local, ahora reposa en la capilla lateral de la Collegiata de San Lorenzo.
Por InfoVaticana