El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, ha realizado un acto de reparación en el Golden Gate Park de la ciudad californiana, junto al pedestal donde hace 8 días se situaba la estatua de san Junípero Serra, derribada el 20 de junio.
El prelado americano ha realizado unas oraciones de reparación junto a un grupo de fieles y ha rociado con agua bendita el monumento.
El pasado 20 de junio el arzobispo emitió un comunicado en el que condenaba el derribo de la estatua de san Junípero. “¿Qué le está pasando a nuestra sociedad? Un renovado movimiento nacional para sanar la memoria y corregir las injusticias del racismo y la brutalidad policial en nuestro país ha sido secuestrado por algunos en un movimiento de violencia, saqueo y vandalismo”, comenzaba su escrito.
“La conmemoración de figuras históricas merece una discusión honesta y justa sobre cómo y a quién debe darse tal honor. Pero aquí, no hubo tal discusión racional; era el dominio de la masa, un fenómeno preocupante que parece repetirse en todo el país”, explicó el prelado estadounidense.
“Todos los que trabajan por la justicia y la igualdad se unen a la indignación de los que han sido y siguen siendo oprimidos” continuó. Es especialmente cierto que los seguidores de Jesucristo “están llamados a trabajar incansablemente por la dignidad de todos los seres humanos”.
“Durante los últimos 800 años, las diversas órdenes franciscanas de hermanos, hermanas y sacerdotes que se inspiran en él han sido ejemplares no sólo en servir, sino en identificarse con los pobres y los oprimidos y en darles la dignidad que les corresponde como hijos de Dios. San Junípero Serra no es una excepción”, escribió.
“San Junípero hizo sacrificios heroicos para proteger a los indígenas de California de sus conquistadores españoles”, asegura Cordilone, y les ofreció “lo mejor que tenía: el conocimiento y el amor de Jesucristo, que él y sus compañeros frailes franciscanos hicieron a través de la educación, el cuidado de la salud y la formación en las artes agrarias”.
Todo esto “no es para negar que han ocurrido errores históricos”, dice el arzobispo, “incluso por personas de buena voluntad”, y la “curación de los recuerdos y la reparación es muy necesaria”. El prelado añadió que esos errores históricos no pueden ser corregidos “reescribiendo la historia”. “La ira contra la injusticia puede ser una respuesta saludable cuando es esa justa indignación la que hace avanzar a una sociedad. Pero como el mismo Cristo enseña, y san Francisco encarnó, el amor es la única respuesta y no la rabia”, concluyó el arzobispo de San Francisco.
Por: InfoVaticana