El Centro de Espiritualidad de Loyola se ha visto obligado a suspender todas las actividades programadas durante el resto del mes de agosto debido a los cuatro positivos en Covid-19 detectados durante las últimas horas.
El CEL ha emitido un comunicado explicando la situación y que les reproducimos a continuación:
“Pese a las medidas tomadas para evitar la expansión del Coronavirus, cierto es que las posibilidades de contagio siguen ahí, como desgraciadamente vamos viendo en noticias sobre el creciente número de casos. De hecho, el CEL (Centro de Espiritualidad de Loyola) ha tenido que cancelar el resto de su programación de agosto por este motivo. Hace tres días un religioso de 88 años, ante la aparición de algunos síntomas leves, se hizo una PCR que dio positivo. Por este motivo, al día siguiente se hizo la PCR a todas las personas del CEL (residentes que participaban en varias tandas, comunidad de religiosas y todas las personas que trabajan en el centro). Todo se hizo en coordinación con el Servicio de Salud Pública del País Vasco. El resultado fue que tres personas más, un ejercitante, una religiosa de la comunidad que atiende el centro y una empleada dieron positivo. De acuerdo con las autoridades, se decidió cancelar las actividades pendientes para el resto del mes, cerrar la casa y organizar un período de confinamiento para quienes estaban allí.
En este momento los cuatro positivos están confinados en su habitación en una zona de aislamiento prevista en el plan de contingencia desde que se abrió la casa el 29 de junio. El resto de personas que estaban en la casa han tenido que prolongar su estancia y durante diez días estarán también confinados, con medidas de protección, pudiendo moverse por la casa y por la parte del monte del recinto, a la que en estos días no accederá nadie más. Entre los confinados están varios jesuitas (Nacho García Velasco, director del CEL, Alejandro Labajos y Enrique Climent que estaban dirigiendo dos tandas, y Juanjo Extebarría y Patxi Álvarez de los Mozos, que finalizaban ayer una tanda de ejercicios personalizados).
El Santuario y la Comunidad de jesuitas, por su parte, no se han visto afectados por este brote. Al ser dos edificios independientes y en este tiempo en que se extreman las medidas de distanciamiento, no parece que haya habido contactos.
Transmitimos de parte del equipo del Centro de Espiritualidad su abrazo y su disculpa a quienes tenían que empezar alguna tanda en estos días, pero es verdad que en este momento la seguridad de todos es una prioridad.
Mucho ánimo a los confinados, y que el valle de Loyola, donde otra convalecencia desencadenó una transformación radical y fecunda en Iñigo, sea también para quienes tienen que quedar allá escenario de paciencia y oración que dé sus frutos.
Por: InfoVaticana