Iglesia CatolicaVaticano

Corrupción, masonería y mafia, la tríade que está destruyendo el Vaticano

De Vincenzo Musacchio – Jurista, profesor de derecho penal, asociado al Rutgers Institute on Anti-Corruption Studies (RIACS) de Newark (USA), investigador de la Escuela Superior de Estudios Estratégicos sobre la Criminalidad Organizada del Royal United Services Institute de Londres.

Un documento único en su género, de muchas páginas, abre a la nueva existencia de casos de corrupción y de infiltraciones mafiosas en el Vaticano. En la reciente investigación que la Repubblica ha llevado a cabo, parece que en numerosos contratos públicos en el Bambin Gesù se encuentran implicadas personas que pertenecen a clanes mafiosos. Para quien conoce la historia de las mafias italianas, tales sospechas no constituyen una novedad. Las primeras infiltraciones mafiosas se remontan a la complicidad en las relaciones entre la mafia siciliana y el IOR. Basta remontarse a los años setenta y a la discutida gestión de Marcinkus que llevó al escándalo de la logia P2 y a la quiebra del Banco Ambrosiano en 1982.

No olvidemos que Michele Sindona reciclaba el dinero de la mafia en el Banco del Vaticano y en el Banco Ambrosiano. Roberto Calvi, misteriosamente suicida, fue acusado junto al capo de Cosa Nostra, Pippo Calò. Las investigaciones de la época probaron que grandes sumas de dinero de procedencia ilícita transitaron por el IOR para ser reciclados y depositados en cuentas secretas o en paraísos fiscales. En algunas sentencias judiciales, entre las cuales la sentencia del Tribunal de Roma del 7 de mayo de 2010, se lee textualmente: “Cosa Nostra se servía del Banco Ambrosiano y del IOR para realizar importantes operaciones de reciclaje”. Recientemente, la banca vaticana se ha visto de nuevo implicada en casos concretos sobre los que se cierne la sombra de las mafias.

Hay pistas que suscitan fuertes sospechas sobre la hipótesis de reciclaje de dinero llevado a cabo por el actual capo de la mafia siciliana, Matteo Messina Denaro. Estas sospechas habrían surgido del memorial del ex jefe de la banca vaticana, Ettore Gotti Tedeschi. En dicho memorial se haría alusión a una investigación de la Fiscalía de Trapani, que en mayo de 2012 habría dirigido al IOR un exhorto internacional para tener informaciones sobre dos cuentas corrientes abiertas por un sacerdote, el padre Ninni Treppiedi, ex director de organismos diocesanos, que desde hacía un año estaba siendo investigado en Trapani por una historia de grandes sumas de dinero que habían desaparecido de la caja de la Curia. En el memorial, Gotti Tedeschi confesaba también que “temía por su propia vida”. Los viejos y nuevos episodios llevan a pensar que las infiltraciones mafiosas en el Vaticano, que tantos excluían, desgraciadamente hoy son una realidad con la que hay que contar.

Hoy, el papa Francisco puede cortar las relaciones entre mafia e Iglesia porque tiene el poder y los medios para ello. Podría comenzar colaborando plenamente con la magistratura italiana, que desde hace tiempo ha presentado, desde diferentes fiscalías, solicitudes de exhortos internacionales para tener acceso a informaciones secretas, ordenando a los dirigentes del IOR que revelen los nombres de los titulares de las cuentas millonarias que pertenecen a las mafias o a organizaciones criminales relacionadas con ellas. Sería el inicio del fin de la relación entre las mafias y el Vaticano. Varias veces he escrito cómo las mafias, desde hace décadas, mantienen relaciones de negocios y de complicidad con el Vaticano, y cómo algunos ambientes de la Iglesia han usado el IOR, las diócesis y diferentes instituciones religiosas, para mover dinero, invertir, hacer negocios poco claros de todo tipo, también gracias a vínculos con la política, los administradores y la masonería. Hay que purificar el Vaticano y la Iglesia de la putrefacción mafiosa, y hoy hay una ocasión irrepetible para hacerlo.

Port: InfoVaticana

Deja un comentario