Es con ocasión del centenario de la Batalla de Varsovia que los obispos polacos toman la iniciativa de llamar a una concienciación sobre el consumo de alcohol, invitando a respetar el “mes de la abstinencia”, sobre todo en este tiempo de pandemia. Donde hay problemas de adicción, de hecho, “todos sufren – constatan los prelados – tanto los que abusan de las sustancias tóxicas como los que están en estrecho contacto con ellos”. Y añaden: “nos resulta doloroso que el problema de la adicción se descuide en el debate público”.
El Ejército Rojo Soviético está a las puertas de Varsovia, listo para tomar la ciudad. Pero el ejército polaco contraataca desde el sur, obligando a los soldados rusos a huir. Cien años más tarde, Polonia se prepara para conmemorar la “Batalla de Varsovia”, también conocida como el “Milagro en el Vístula”, por el principal río que atraviesa el país. Para los polacos, la victoria de ese día se debió a la intercesión de Nuestra Señora de Częstochowa. Con motivo del aniversario, la Conferencia Episcopal Polaca (Kep) emitió un mensaje en el que exhortó a los fieles a vivir todo el mes de agosto bajo la bandera de la “gratitud, la sobriedad y la abstinencia”, especialmente del alcoholismo.
Niños felices en familias sobrias
“Nos resulta doloroso que el problema de la adicción se descuide en el debate público – escriben – mientras que las tradiciones nacionales y familiares siguen promoviendo, erróneamente, el uso generalizado del alcohol como expresión de celebración y entretenimiento”. En particular, la Kep presta atención a la situación de los niños que “sufren trágicamente la embriaguez y las adicciones de sus padres, terminando por estar aún más expuestos a tales patologías”. De ahí el lema elegido por los obispos para el mes de agosto: “Niños felices en familias sobrias”.
Adicciones durante el confinamiento: es peor
Donde hay problemas de adicción, de hecho, “todos sufren – constatan los prelados – tanto los que abusan de las sustancias tóxicas como los que están en estrecho contacto con ellos”. Y la pandemia de coronavirus ha hecho que este fenómeno sea particularmente doloroso”, ya que la cuarentena ha obligado a las familias a permanecer encerradas en sus casas. Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal Polaca recuerda que “el matrimonio y la familia son el primer y más importante ambiente para cuidar y para educar a la sobriedad”. Por esta razón, “la familia debe ser apoyada por la escuela en la conformación de la personalidad madura de los niños: la prioridad de los maestros y educadores responsables, de hecho, es educar a los jóvenes sobre la base de los valores cristianos”. Lo que cuenta, entonces – explica la Iglesia polaca – “no es la mera transmisión de conocimientos, sino la creación de vínculos positivos, la demostración de modelos constructivos y normas de conducta que son una condición necesaria para la eficacia de los programas preventivos” contra las adicciones.
El alcoholismo ha destruido muchas generaciones de polacos
En esta perspectiva, se invita a las autoridades estatales a no descuidar la importancia de la abstinencia en los menores: “La ley debe absolutamente proteger a los ciudadanos más jóvenes de las adicciones”, subraya la Kep, “por lo que expresamos nuestra firme oposición al consentimiento de las instituciones a la publicidad del alcohol, que ya ha destruido a muchas generaciones de polacos”. Pero la sobriedad de los niños también debe ser protegida por la Iglesia: “La tarea de los pastores – explican los obispos- es ayudar a los jóvenes a crecer en sabiduría y gracia a través de la constante prevención de todo comportamiento perjudicial para ellos.
“Si aman a sus hijos, observen la abstinencia de alcohol”
El pensamiento de la Iglesia de Varsovia también se dirige a los niños por nacer: “La abstinencia total de alcohol en las mujeres embarazadas y durante la lactancia es extremadamente importante – se lee en el mensaje – Beber alcohol durante el embarazo puede provocar un aborto o dañar el cerebro del niño, causando enfermedades graves e irreversibles. Lamentablemente, los estudios realizados en Polonia muestran que un tercio de las mujeres embarazadas consumen alcohol, pero los trastornos asociados con el síndrome de alcoholismo fetal son permanentes y acompañan al niño durante el resto de su vida. “Queridos padres – es por lo tanto el llamado de los obispos – si aman a sus hijos, observen la abstinencia de alcohol”.
Por último, los prelados invitan a todos los adultos a respetar “el mes de la abstinencia” en agosto, para ofrecer “un testimonio elocuente” que “seguramente ayudará a muchas personas víctimas del alcoholismo a volver al camino de la libertad”. Esto también será “un valioso ejemplo para los jóvenes, porque les mostrará que pueden disfrutar de la vida sin sustancias que engañan y matan poco a poco”. El mensaje de la Conferencia Episcopal Polaca será recordado a todos los fieles el domingo 26 de julio.