Se abrió el 27º Congreso Eucarístico Nacional en Matera que clausura el próximo domingo con la misa presidida por Francisco. El tema principal del encuentro, al que asisten 180 delegaciones diocesanas y más de 100 obispos es: “Volvamos al sabor del pan – Por una Iglesia eucarística y sinodal”. Monseñor Caiazzo: “Para nosotros es un signo vivo de la presencia de la Iglesia en nuestras vidas”.
La anticipación de la visita del Papa Francisco a Matera tiene el aroma del pan, el pan hecho por las madres y abuelas de esas zonas, alto y suave, producido con el trigo que crece en la llanura de Metaponto, entre el calor del sol del verano y el aroma del cercano mar Jónico. Y el pan es también el tema del 27º Congreso Eucarístico Nacional, promovido por la Conferencia Episcopal Italiana, “Volvamos al sabor del pan – Por una Iglesia eucarística y sinodal”, previsto del 22 al 25 de septiembre con la presencia del Papa para presidir la misa de clausura.
La preparación del pan como oración
“Para nuestra diócesis es una gran alegría poder acoger estos eventos”, subraya monseñor Giuseppe Caiazzo, arzobispo de la diócesis, “empezamos a trabajar en este proyecto hace dos años, cuando estábamos en plena pandemia, con la gente viviendo con grandes temores. Por lo tanto, necesitábamos algo que nos devolviera el sabor de una vida plena. Inmediatamente propuse el símbolo del pan, porque en su preparación contiene toda la teología trinitaria y cristológica. Por ejemplo, había una oración que rezaban nuestras madres y abuelas durante la cocción del pan que invocaba a la Santísima Trinidad, y luego la masa, envuelta con paños, se leudaba en el lecho caliente, que representa el lugar de la intimidad familiar y del amor esponsal, y allí se rezaba esta oración: ‘Crece bien el pan, como Jesucristo en la casa de Nazaret’. Y este pan tiene forma de corazón, precisamente para indicar el amor de Dios por nosotros, que vamos al encuentro del Señor”.
Siguiendo el camino sinodal que todas las diócesis están recorriendo en Italia, el gusto por el pan es una vuelta a la Eucaristía, es decir, a poner a Cristo en el centro de la fe. “Sólo si volvemos a Él -continúa el arzobispo- toda la vida eclesial se pone en marcha”.
Gran expectativa ante la llegada del Papa Francisco
El Papa Francisco llegará al estadio municipal de Matera el domingo 25 de septiembre alrededor de las 8.30 horas – recibido por el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, por el arzobispo y por el alcalde Domenico Bennardi – y luego presidirá la Celebración Eucarística, al final de la cual regresará al Vaticano.
“Debido a las elecciones que se celebran en Italia el domingo -explica monseñor Caiazzo-, tuvimos que cambiar la visita y adelantar la misa a las 9.00 horas, para dar a los numerosos fieles la oportunidad de volver a sus casas para votar. Para nosotros es una inmensa alegría porque Francisco es el segundo Papa que visita nuestra ciudad, el primero fue San Juan Pablo II en 1991. El Papa Francisco siempre ha mostrado determinación para realizar esta visita y estar presente, a pesar de las dificultades que no han faltado, y se lo agradezco de verdad. Su visita demuestra que somos Iglesia en la medida en que permanecemos en comunión con él, y la numerosa presencia de obispos y cardenales atestigua que toda la Iglesia italiana viene a escuchar a su Pastor en este momento histórico que no es fácil, para que el camino sinodal emprendido continúe de la mejor manera posible”.
Cuatro iniciativas, signos de un posible renacimiento
Precisamente con motivo de la visita del Papa, la diócesis ha querido poner en marcha cuatro importantes iniciativas. “Cerca del estadio”, dice el prelado, “inauguraremos el nuevo comedor de la Fraternidad, donde todos podrán venir a compartir una comida con sus hermanos menos afortunados. La segunda señal es la Casa Betania, que inauguramos el año pasado, dedicada a los migrantes explotados como jornaleros. En esta cooperativa agrícola se les emplea y se les paga regularmente. Y a todos los obispos que asistan al congreso se les regalará una botella de vino que proviene de esta realidad de renacimiento. La tercera iniciativa es en Pisticci, en la provincia de Matera, donde he querido que un monasterio renovado se entregue a una asociación de padres con hijos autistas, porque desgraciadamente faltan realidades de este tipo en nuestra región; y el cuarto y último signo se refiere a los archivos y la biblioteca de la diócesis, que se duplicarán y se pondrán a disposición de todo el territorio”.