De regreso a Roma tras acompañar al Papa Francisco, el cardenal prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso hace balance del viaje apostólico al país del Golfo: “Cuatro palabras clave de la visita: diálogo, respeto mutuo, fraternidad y paz. Si realmente queremos caminar por los senderos de la paz, debemos seguir promoviendo estos aspectos”.
Diálogo, respeto, fraternidad y paz son, para el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, las cuatro palabras clave del reciente viaje apostólico de Francisco a Baréin, el 39º desde el inicio de su pontificado y el segundo en la región del Golfo. El prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, que acompañó al Pontífice en su viaje, constata con satisfacción la continuidad de las relaciones entre musulmanes y cristianos y la importancia del diálogo como “habilidad existencial”.
Eminencia, ¿cuál es su balance del 39º viaje apostólico del Papa Francisco a Baréin?
Como en cada viaje del Santo Padre, las conclusiones son siempre muy positivas y en este caso, de su visita apostólica al Reino de Baréin, creo que lo fueron porque la visita representó un momento de encuentro en un mundo que hoy vive guerras, conflictos, rechazo y exclusión. El encuentro ecuménico también fue muy importante, al igual que el interreligioso. Creo que fue un viaje de diálogo abierto, sencillo, de familiaridad, de fraternidad, como le gusta al Papa Francisco.
¿Cuáles son las perspectivas de diálogo con el Islam?
No hay nada nuevo, pero el diálogo continúa y estos encuentros en Baréin son elementos de continuidad en el proceso de diálogo entre cristianos y musulmanes. El diálogo, para mí, es una habilidad existencial que se vive cada día. El encuentro con el Consejo de Ancianos Musulmanes me pareció muy interesante, porque de él surgió el deseo de esta institución tan reconocida e importante; un deseo, como el nuestro, de seguir promoviendo el diálogo, de colaborar en proyectos comunes en beneficio de la comunidad internacional, de crear una plataforma de unidad en la diversidad. Y también, un deseo de diálogo ad intra, de diálogo ecuménico, de diálogo entre los diferentes componentes de nuestras comunidades y en particular dentro del mundo musulmán. Recordemos el mensaje del Gran Imán de Al-Azhar que, una vez más, ha mostrado su voluntad y ha hecho un llamamiento muy abierto para que, dentro del mundo islámico, se produzca un acercamiento entre chiíes y suníes.
¿Y en cuánto al aspecto ecuménico? Teniendo en cuenta la presencia del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé.
Su presencia es un signo renovado de amistad y comunión con el Papa. Fue un testimonio del deseo de construir juntos un mundo de amistad y fraternidad. Necesitamos, como dije antes, un diálogo ad intra para los musulmanes, entre chiitas y sunitas y otros componentes del mundo musulmán; y en el mundo cristiano, entre las diferentes comunidades cristianas. Así que creo que Bartolomé es la bandera que señala la dirección en la que debemos caminar. La unión del Papa Francisco con el Patriarca nos ayuda mucho a promover el diálogo ecuménico.
¿Hay otra alternativa, además del diálogo, para construir una convivencia pacífica?
Las claves del viaje apostólico al Reino de Baréin se pueden resumir en cuatro palabras: diálogo, respeto mutuo, fraternidad y paz. Si realmente queremos caminar por los senderos de la paz, debemos seguir promoviendo el diálogo; debemos promover el respeto mutuo y debemos promover la fraternidad, ampliamente expresada en el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en Abu Dhabi, que inspiró al Santo Padre a escribir la posterior encíclica “Fratelli tutti”.