El cardenal Marcello Semeraro celebró una Misa de Semana Santa en el hospital Fatebenefratelli de la Isla Tiberina de Roma. “En su compasión está la imagen querida por el Papa de la Iglesia como hospital de campaña”.
El ‘cuidado’ es un estilo pastoral. Lo subrayó el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, durante la Santa Misa presidida la mañana de este miércoles, 5 de abril, en el hospital Fatebenefratelli Isola Tiberina – Gemelli Isola, en Roma. Asistieron los responsables del nuevo consejo de administración, médicos, personal sanitario e invitados del hospital.
En su homilía, el cardenal se refirió a la compasión cristiana en la que también se inscribe la labor del hospital romano. En esta compasión, subrayó, se expresa y se muestra públicamente el rostro de esa Iglesia “hospital de campaña” de la que habla el Papa Francisco. El cardenal recordó, entre otras cosas, el mensaje del Pontífice para la Jornada Mundial del Enfermo de 2018, cuyo tema – releído hoy – introduce significativamente el Triduo Pascual. En ese texto, de hecho, el Papa Francisco “explicó el servicio de la Iglesia a los enfermos y a quienes cuidan de ellos a la luz de las palabras que Jesús, elevado en la cruz, dirigió a su madre María y a Juan. Unas palabras que no sólo iluminan profundamente el misterio de la Cruz, sino que “se convierten en reglas constitutivas de la comunidad cristiana y de la vida de cada discípulo”.
Siempre refiriéndose a ese mensaje, el cardenal Semeraro recordó que el Papa advierte contra algunos riesgos graves, como “el corporativismo, que en todo el mundo intenta hacer entrar la asistencia sanitaria en la esfera del mercado, terminando por descartar a los pobres”, y recuerda la necesidad de que la persona del enfermo “sea respetada en su dignidad y mantenida siempre en el centro del proceso de asistencia”. Estas indicaciones del Pontífice, dijo, son el “programa” de quienes trabajan en el Fatebenefratelli. Y en este título que pertenece al nombre original de la estructura, el cardenal identificó “una bella provocación”, basada en el “mandamiento del amor al prójimo” que está en el corazón del cristianismo.
El cardenal Semeraro explicó lo que significa amar al otro como a uno mismo. “Tengo francamente la impresión”, confió, “de que en los comentarios este paralelismo se elude habitualmente, se evita, de tan extraño que es”. Amarse a sí mismo, explicó, “no es narcisismo, sino reconocer en el pobre, el enfermo y el necesitado el rostro de Cristo”. El cristiano “se ama a sí mismo, como Cristo le amó: es decir, entregándose al prójimo, sobre todo si está necesitado”.