Las dramáticas palabras contenidas en el mensaje emitido por la Conferencia Episcopal local (CEH) para exhortar a todos los habitantes del país a “ser solidarios unos con otros, especialmente con los que sufren”.
Haití vive “una situación de extrema penuria” y está “al borde de la explosión”: son las dramáticas palabras que contiene el mensaje difundido por la Conferencia Episcopal local (CEH) para instar a todos los habitantes del país a “ser solidarios entre sí, especialmente con los que sufren”.”La vida cotidiana de la población – escriben los obispos – está hecha de muerte, asesinatos, impunidad, inseguridad” que han provocado el descontento “en todas partes, en casi todas las regiones”. Al mismo tiempo, los obispos reiteran que “nadie está por encima de la ley y de la Constitución nacional”, por lo que algunas cuestiones como “el establecimiento de un consejo electoral provisional o la redacción de otra Constitución” no han hecho más que agravar las tensiones ya existentes, llevando al país a ser “totalmente inhabitable”. A todo ello se suma la lacra de los “continuos secuestros” y una grave “crisis sociopolítica y económica, alimentada por el veneno del odio y la desconfianza”. “¿Debemos realmente aceptar o tolerar todo esto?”, se pregunta la Conferencia Episcopal.
Urge un diálogo social e institucional
“En el seguimiento de Cristo- escriben los obispos – la Iglesia está siempre del lado del derecho, la verdad, la justicia y el respeto a la vida y la dignidad humana. Esperando, por lo tanto, que sea posible “buscar y encontrar el consenso en cada tema espinoso”, la CEH propone “un diálogo social e institucional, para evitar consecuencias desastrosas”. “La clave de todo es el consenso – subrayan los obispos – sólo así podremos evitar que Haití se hunda aún más en el abismo”. Al mismo tiempo, la Iglesia de Puerto Príncipe pide a la población que “demuestre disciplina, razón y sabiduría en el perseguir los mejores intereses de la nación”. También se recurre a las fuerzas de seguridad: se les pide que protejan la vida y los bienes de los ciudadanos, poniendo fin a los actos de violencia. Finalmente, exhortando a todos a trabajar “rápidamente y sin temores”, la CEH concluye su mensaje con la esperanza de que todos puedan “renovar su amor por nuestra patria común”.
Una larga crisis
La situación en Haití es dramática desde hace tiempo: en octubre de 2019, la población salió a la calle para protestar contra el presidente Jovanel Moise, acusado de corrupción. El clima de inseguridad constante ha hecho saltar por los aires las elecciones previstas para enero de 2020 para renovar el Parlamento y ha llevado al Gobierno a actuar mediante continuos decretos. La situación ha empeorado aún más con la llegada de la pandemia de Covid-19, que ha causado casi 12.000 contagios y 245 muertes. A todo esto hay que añadir la violencia perpetrada por las bandas armadas, los llamados “escuadrones de la muerte” que siembran el terror por doquier “en un contexto de casi total impunidad”, como denunció la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Mientras tanto, el país se prepara para una triple ronda de elecciones: el 25 de abril está previsto un referéndum sobre la nueva Constitución, pero aún está en fase de redacción y es objeto de críticas tanto por parte de las fuerzas de la oposición como de los círculos próximos al Jefe del Estado; en septiembre están previstas elecciones presidenciales y legislativas, mientras que en noviembre se esperan elecciones administrativas.
Por: VaticanNews