Ante el anuncio de nuevas medidas restrictivas por parte del gobierno de Boris Johnson, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, ha dirigido una carta abierta al ejecutivo para que no se vuelva a impedir el culto católico.
El Gobierno británico, que pasó en su día de coquetear con el ‘modelo sueco’ de inacción ante la pandemia al régimen más estricto de restricciones junto con España de toda Europa. A poco de salir de uno de los confinamientos más prolongados y alarmado por la expansión del virus en la segunda ola, el primer ministro ha anunciado un nuevo paquete de draconianas medidas restrictivas.
Aunque en la guía publicada no hay una referencia específica al culto, se entiende que se obligará de nuevo al cierre de las iglesias, ante lo que el cardenal Nichols ha respondido con una valiente y clarificadora carta que presentamos a continuación.
“El anuncio de un nuevo “confinamiento nacional” en Inglaterra supondrán para muchos, lo sabemos, dificultades, angustia y sufrimiento. Debemos esperar y rezar para que sea una estrategia eficaz contra una pandemia creciente que se ha cobrado trágicamente tantas vidas ya y amenaza a muchas más.
Las comunidades de fe han desempeñado un papel vital en el sostén de la salud personal, espiritual y mental y en el estímulo de actividades esenciales de caridad que afectan a cientos de miles de personas en todos los sectores de la comunidad, especialmente los más vulnerables. Ese servicio crucial al bien común de todos se crea y sostiene con el culto y la oración colectivos. Parte de este altruismo se ha reflejado en la firme ética de la responsabilidad con la que hemos reabierto nuestros templos para permitir el culto esencial. Nuestras comunidades han hecho mucho por convertir nuestras iglesias en lugares seguros en los que todos han podido reunirse de modo supervisado y disciplinado.
Es por tanto una fuente de profunda angustia hoy que el gobierno vuelva una vez más a exigir el cese del culto público comunitario. Aunque entendemos las muchas decisiones difíciles a las que se enfrenta el Gobierno, aún no hemos encontrado una sola evidencia de que prohibir el culto comunitario, con todo su coste humano, sirva como elemento eficaz para combatir el virus. Pedimos al gobierno que haga pública esa evidencia que justificaría el ceso de los actos de culto público.
Para combatir el virus tendremos, como sociedad, que realizar sacrificios sostenidos durante los próximos meses. Al exigir este sacrificio, el gobierno tiene una profunda responsabilidad de mostrar por qué toma determinadas decisiones. No hacerlo podría erosionar la unidad que necesitamos al iniciar tan difícil periodo para nuestro país.
El Primer Ministro ha anunciado que el borrador de la ley se presentará al Parlamento el lunes 2 de noviembre. Los miembros del Parlamento tendrán la oportunidad de debatir las cuestiones y votar las restricciones nacionales propuestas. En este breve plazo pueden plantearse cuestiones entre nuestros representantes electos con respecto al cese del culto público común. Están en posición de exigir al Gobierno que publique los datos que sustentan la decisión de prohibir el culto público en el marco de estas restricciones”.
Por: InfoVaticana