“Si una pareja homosexual vive la fidelidad, ¿no podemos decir que su relación está bendecida por Dios?”, se pregunta Georg Bätzing, obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana en una entrevista concedida al Frankfurter Algemeine.
El ‘camino sinodal’ alemán sigue adelante, pandemia o no pandemia, en una peligrosa dirección hacia la ruptura con la Tradición de la Iglesia, como insinúan las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana en una entrevista concedida al Frankfurter Algemeine Zeitung en la que tocó casi todos los palos.
“Hoy mucha gente capta el mensaje de que la Iglesia sigue apegada a una visión prohibitiva en lo que respecta a la sexualidad”, declara Bätzing. “A menudo los jóvenes quienes acercarse a la Iglesia, pero consideran […] que el discurso está anticuado”. Para Bätzing, eso hace necesario “superar esa brecha”, aunque, añade, “sin desarrollar una doctrina completamente nueva”.
Por supuesto, en el centro de este problema están las relaciones homosexuales. “Durante mucho tiempo, en teología moral hemos dicho que si se trata de un amor verdadero donde se vive el compromiso y la fidelidad, debemos reconocerlo”, explica, subrayando que “si las personas deciden por sí mismas cómo viven, ¿no podríamos decirles que su relación es bendecida por Dios?”.