Peter Kohlgraf, obispo de Maguncia está convencido, como buen prelado alemán, que la Iglesia debe cambiar urgentemente, dar menos peso a la Tradición y más a las ‘experiencias personales’.
Hoy mismo leíamos en estas páginas al teólogo Ulrich Lehner, de la Universidad de Notre Dame, asegurando que la famosa/infame teología alemana va de capa caída, hace tiempo que no produce nada original o elaborado y apenas se tiene en cuenta fuera de Alemania. Lo que seguramente es cierto para quienes se mueven en el campo de la Teología y sus novedades, pero también es innegable que su influencia ha sido espectacular, especialmente sobre varias cohortes de prelados que ya peinan canas.
Es el caso de monseñor Kohlgraf, obispo de Maguncia -hace unos cuantos siglos hubiera sido uno de los siete electores del monarca del Sacro Imperio-, quien, informa Katholische.de, urge a la Iglesia a pasar de ser una institución basada en la Tradición a convertirse en un lugar de encuentro de experiencias personales.
“Si el cristianismo es solo una institución, un depósito de grandes teorías, entonces es inevitable que la gente dé la espalda a la iglesia y al cristianismo, que gradualmente se vuelva poco interesante”, dijo Kohlgraf en una ordenación sacerdotal el pasado fin de semana. “Ya no podemos construir nuestro cristianismo y ser una iglesia solo sobre las tradiciones”. Quizá Su Ilustrísima no se haya fijado, por sus muchas ocupaciones, que los fieles -y muy especialmente su rebaño germánico- está dando la espalda a la Iglesia en masa precisamente cuando menos en cuenta se tienen las tradiciones.
El ordinario de Maguncia hizo en su homilía hincapié en la experiencia persona: “Hay que experimentar la fe, experimentar lo hermoso que puede ser creer en Dios, lo bueno que es pertenecer a una comunidad religiosa; es así como uno defiende la fe y sigue siendo cristiano”. El prelado partía de una cita, cómo no, del jesuita Karl Rahner, padre de la Teología Alemana e inspirador del ‘espíritu del Concilio’: “El cristiano del mañana será místico, o no será”. Y añadía Kohlgraf de su cosecha: “Hoy podemos ver claramente que Karl Rahner tenía razón: hoy tenemos que buscar razones reales para creer más que hábitos, y ofrecer a la gente estas razones de manera convincente”.
Naturalmente, lo ‘hermoso’ que cada cual encuentre creer en Dios o lo estupendo que considere pertenecer a una comunidad religiosa es, como experiencia subjetiva, difícilmente transmisible.
A los sacerdotes les conmina a “recordar la presencia de Dios, pero no con palabras elocuentes o argumentos inteligentes”, sino compartiendo “sus experiencias de fe, sus preguntas y su cercanía a Dios, sus dudas, para que Dios no quede como una bella teoría”. Si Kohlgraf no consigue ver las consecuencias previsibles de sus consejos teniendo delante la experiencia de su propia patria con el protestantismo, fuertemente basado en esa ‘experiencia personal’, es difícil que nadie pueda abrirle los ojos
Por: InfoVaticana