Este sábado 30 de mayo, en una tarde de primavera, el Papa Francisco ha rezado el rosario ante la réplica de la gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos. Lo ha hecho en conexión con otros santuarios en todo el mundo y así, en unidad con todos los cristianos, pedir la intercesión de la Virgen por los enfermos de coronavirus.
El Papa Francisco ha elegido este lugar para rezar un rosario en conexión con otros santuarios alrededor del mundo para pedir la intercesión de la Virgen María por la salud de los enfermos de Covid-19. La Gruta, réplica de la que hay en Francia, fue construida por encomienda del Papa León XIII en los Jardines Vaticano en el año 1902. Desde entonces, muchos Papas han orado a la virgen en este lugar.
Los cristianos de todo el mundo invitados a orar
La celebración mariana de esta tarde, promovida por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Evangelización, tiene la particularidad de que el evento que se desarrolla en los Jardines Vaticanos está conectado con los más grandes santuarios marianos del mundo. Desde América Latina estarán conectados los santuarios de Nuestra Señora de Guadalupe (México), Nuestra Señora de Chiquinquirá (Colombia), Nuestra Señora de Luján y de los Milagros (Argentina) y el Santuario Nacional de Maipú (Chile).
Orar a María desde los Jardines Vaticanos
A las 17:30 hora de Roma, dio inicio el rezo del santo Rosario. Los participantes son hombres y mujeres que representan grupos de personas afectadas por la pandemia. Un médico y una enfermera representan a todo el personal sanitario que ha estado durante este tiempo en la primera línea. Un segundo grupo está representado por una persona curada y otra que ha perdido a un familiar. En ellas están presentes todos aquellos que han sido afectados por la enfermedad.
Un tercer grupo está representado por un sacerdote, capellán de hospitales y una religiosa enfermera. En ellos están presentes los consagrados que han estado cercanos a los enfermos o que han estado probados por la pandemia. Un farmacéutico y un periodista representan a todos aquellos que han permitido le funcionamiento de los servicios esenciales. También, un voluntario de la Protección Civil, acompañado de su familia y un bebé, signo de la esperanza y de la victoria de la vida sobre la muerte.
La oración del Papa Francisco
El Papa Francisco ha cerrado este momento de oración, dirigiéndose a María Santísima, a quien ha pedido su intercesión por toda la humanidad para poder superar este momento difícil que vive la humanidad. El Obispo de Roma pidió para que los recursos destinados al armamentismo sean usados en investigación científica:
“Santísima María, toca las conciencias para que las enormes sumas usadas para aumentar y para mejorar los armamentos, sean destinadas promover estudios apropiados para prevenir desastres en el futuro.
Querida Madre, haz que el mundo crezca en un sentido de pertenencia a una única y gran familia, en la conciencia del vínculo que une a todos, porque con un espíritu fraternal y en solidaridad acudamos en ayuda de las muchas pobrezas y situaciones de miseria. Fomenta la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio, la constancia en la oración”.
El Papa subrayó con sus palabras la petición a María por su intercesión al Padre Dios: “Oh María, consoladora de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados… y obtén que el Padre Misericordioso intervenga con su mano todopoderosa para liberarnos de esta terrible pandemia, para que la vida pueda reanudar pacíficamente su curso…”
Francisco finalizó la oración del Rosario con la bendición a los asistentes y a través de los medios de comunicación a toda la humanidad. El Papa agradeció, en español, a todos los santuarios que estaban conectados: “Me dicen que hay muchos santuarios conectados en América Latina. En mi lengua materna los saludo, el de Guadalupe y tantos otros que están hincados con nosotros. Gracias por estar con nosotros. Que nuestra madre de Guadalupe nos acompañe”.