Al término de la audiencia general, Francisco saludó a los jugadores e hinchas que participan en el evento en Catar. Invitó a rezar por el martirizado pueblo ucraniano y aseguró sus oraciones por las víctimas del terremoto de Indonesia. El recuerdo del nuevo Beato Giuseppe Ambrosoli, “extraordinario testimonio de una Iglesia en salida”
Que el Mundial de Fútbol en curso en Catar “sea una oportunidad de encuentro y armonía entre las naciones, favoreciendo la fraternidad y la paz entre los pueblos”. Fue el deseo expresado por el Papa al término de la Audiencia General del cuarto miércoles de noviembre. Francisco envió sus saludos “a los jugadores, hinchas y espectadores que están siguiendo desde varios continentes” el evento que se desarrolla en el país árabe del oeste asiático.
El martirio del pueblo ucraniano
En el mundo de hoy “desgarrado por las guerras” el Pontífice instó a rezar “por la paz en el mundo y por el fin de todos los conflictos, con un pensamiento especial por el terrible sufrimiento del querido y martirizado pueblo ucraniano”.
Asimismo, recordando que este sábado es el aniversario del terrible genocidio del Holodomor, el exterminio por inanición en 1932-33 provocado artificialmente por Stalin, el Obispo de Roma invitó a rezar “por las víctimas de este genocidio” y por “por tantos ucranianos, niños, mujeres y ancianos, que hoy sufren el martirio de la agresión”.
La oración por las víctimas del terremoto en Indonesia
Francisco expresó también su cercanía y aseguró sus oraciones a la población indonesia, tras el fuerte terremoto que afectó el pasado lunes a la Isla de Java, causando numerosos heridos y más de 250 muertos. “Expreso mi cercanía a esa querida población y rezo por los muertos y por los heridos”.
De la misma manera, recordando la celebración anteayer del Día Mundial de la Pesca, dirigió un pensamiento a los derechos de los pescadores, que “con su trabajo contribuyen a la seguridad alimentaria, la nutrición y la reducción de la pobreza en el mundo”.
El recuerdo del padre Ambrosoli y el saludo a los scalabrinianos
El Obispo de Roma recordó asimismo al padre Giuseppe Ambrosoli, misionero, sacerdote y médico comboniano, nacido en la diócesis de Como y fallecido en Uganda en 1987, “tras haber dedicado su vida a los enfermos, en los que veía el rostro de Cristo”. “Que su extraordinario testimonio nos ayude a cada uno de nosotros a ser dignos de una Iglesia en salida”.
Antes de iniciar la audiencia general, el Papa se había encontrado por la mañana con el grupo del “international migration network” de los scalabrinianos, a quienes agradeció por la visita y por la obra que realizan: “Que el Señor los bendiga a todos. Y les deseo que puedan seguir adelante con el mismo trabajo”, les dijo el Pontífice.