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Honduras. Elecciones primarias en un país en crisis

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El 14 de marzo, los partidarios de los distintos partidos políticos elegirán a sus candidatos para la votación prevista para finales de noviembre. El escenario en el país latinoamericano es dramático: la desigualdad económica es muy alta, la corrupción está muy extendida, la defensa de los derechos humanos está reprimida y la emigración es inevitable para muchos.

Este 14 de marzo, en Honduras, el Partido Nacional, el Partido Liberal, el Partido Libertad y Refundación, Libre, se enfrentan a las elecciones primarias para elegir a los candidatos que acudirán a las urnas el 28 de noviembre, cuando unos 6,6 millones de hondureños están llamados a elegir al nuevo presidente, 128 diputados al Congreso Nacional, 20 al Parlamento Centroamericano y 298 alcaldes y vicealcaldes.

Las elecciones a finales de noviembre

Las fuerzas políticas nunca han sido capaces de ponerse de acuerdo para completar las reformas electorales en temas cruciales como la segunda vuelta, la reelección del presidente y el voto electrónico. Se teme que las votaciones internas se desarrollen en una situación caótica y sin suficientes garantías de transparencia. En el Partido Nacional, Nasry ‘Tito’ Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa, y Mauricio Oliva, presidente del Congreso, compiten por la candidatura. Asfura parece ser el favorito aunque, el pasado mes de noviembre, el Tribunal de Apelación en materia de corrupción estimó una querella por los delitos de abuso de autoridad, uso de documentos falsos, malversación de fondos públicos, fraude y blanqueo de capitales. El presidente Hernadez podría volver a presentarse, aunque se enfrenta a acusaciones de fraude electoral, y a la represión de la disidencia con heridos y personas encarceladas. Además, ahora está acusado por la Fiscalía Federal de los Estados Unidos de aceptar sobornos de narcotraficantes. Para el partido de oposición Libre, se perfila la reelección de Xiomara Castro, esposa del ex presidente Zelaya. Algunos analistas señalan que, tras las elecciones de 2013, se ha ido distanciando del movimiento popular, tanto a nivel local como nacional, centrándose más en cuestiones electoralistas e invirtiendo muy poco en fortalecer las luchas del movimiento social.

Una antigua y profunda crisis

Las elecciones primarias se desarrollan en un contexto muy problemático en todos los ámbitos de la vida civil y política. La pandemia y los dos huracanes han amplificado una crisis ya muy arraigada en la sociedad hondureña. El país se encuentra actualmente entre los peores de América Latina en cuanto a desigualdad económica, con un 62% de la población en la pobreza y casi un 40% en la miseria. La inseguridad alimentaria afecta a 1,3 millones de personas. El aumento de la deuda pública alcanza el 62% del PIB mientras que diversas formas de corrupción erosionan la poca riqueza que el Estado consigue recaudar. Los sectores de la educación y la sanidad atraviesan una gran crisis.

El 14 de marzo, los partidarios de los distintos partidos políticos elegirán a sus candidatos para la votación prevista para finales de noviembre. El escenario en el país latinoamericano es dramático: la desigualdad económica es muy alta, la corrupción está muy extendida, la defensa de los derechos humanos está reprimida y la emigración es inevitable para muchos.

Antonella Palermo – Ciudad del Vaticano

Este 14 de marzo, en Honduras, el Partido Nacional, el Partido Liberal, el Partido Libertad y Refundación, Libre, se enfrentan a las elecciones primarias para elegir a los candidatos que acudirán a las urnas el 28 de noviembre, cuando unos 6,6 millones de hondureños están llamados a elegir al nuevo presidente, 128 diputados al Congreso Nacional, 20 al Parlamento Centroamericano y 298 alcaldes y vicealcaldes.

Las elecciones a finales de noviembre

Las fuerzas políticas nunca han sido capaces de ponerse de acuerdo para completar las reformas electorales en temas cruciales como la segunda vuelta, la reelección del presidente y el voto electrónico. Se teme que las votaciones internas se desarrollen en una situación caótica y sin suficientes garantías de transparencia. En el Partido Nacional, Nasry ‘Tito’ Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa, y Mauricio Oliva, presidente del Congreso, compiten por la candidatura. Asfura parece ser el favorito aunque, el pasado mes de noviembre, el Tribunal de Apelación en materia de corrupción estimó una querella por los delitos de abuso de autoridad, uso de documentos falsos, malversación de fondos públicos, fraude y blanqueo de capitales. El presidente Hernadez podría volver a presentarse, aunque se enfrenta a acusaciones de fraude electoral, y a la represión de la disidencia con heridos y personas encarceladas. Además, ahora está acusado por la Fiscalía Federal de los Estados Unidos de aceptar sobornos de narcotraficantes. Para el partido de oposición Libre, se perfila la reelección de Xiomara Castro, esposa del ex presidente Zelaya. Algunos analistas señalan que, tras las elecciones de 2013, se ha ido distanciando del movimiento popular, tanto a nivel local como nacional, centrándose más en cuestiones electoralistas e invirtiendo muy poco en fortalecer las luchas del movimiento social.

Una antigua y profunda crisis

Las elecciones primarias se desarrollan en un contexto muy problemático en todos los ámbitos de la vida civil y política. La pandemia y los dos huracanes han amplificado una crisis ya muy arraigada en la sociedad hondureña. El país se encuentra actualmente entre los peores de América Latina en cuanto a desigualdad económica, con un 62% de la población en la pobreza y casi un 40% en la miseria. La inseguridad alimentaria afecta a 1,3 millones de personas. El aumento de la deuda pública alcanza el 62% del PIB mientras que diversas formas de corrupción erosionan la poca riqueza que el Estado consigue recaudar. Los sectores de la educación y la sanidad atraviesan una gran crisis.

Por: Vatican News

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