Una declaración conjunta del Comisario para los DDHH del Parlamento y Consejo Panucraniano de Iglesias y organizaciones religiosas piden a la comunidad internacional que contribuya al regreso prisioneros, rehenes o deportados por las fuerzas invasoras rusas.
“La guerra es una amenaza a un valor fundamental de la vida humana y en nuestro caso es también un atentado contra la vida de todo un pueblo, es decir, un genocidio”. Estas las palabras de la Declaración conjunta del Consejo Panucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas y del Comisario de la Rada Suprema de Ucrania para los Derechos Humanos que denuncia los estragos de la invasión a gran escala del territorio de Ucrania por parte de Rusia. En siete meses desde el comienzo de la guerra, 12 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares y más de 5 millones a dejar su país, pero también son miles los prisioneros y rehenes.
Regreso a casa
“Hacemos un llamamiento a la comunidad mundial y a todas las organizaciones internacionales cuya tarea es proteger los derechos de las personas y ser garantes de la seguridad mundial, para que contribuyan al regreso a casa de las víctimas de la agresión rusa, de los prisioneros militares, de los rehenes civiles y de todos aquellos que han sido llevados por la fuerza al territorio del país agresor o que están retenidos en los territorios temporalmente ocupados. Recemos por la paz y por una victoria inminente”, se lee en la declaración enviada a Vatican News por la Secretaría del Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana en Roma.
El documento refiere las cifras aportadas por Naciones Unidas ONU, según las cuales desde el inicio de la agresión rusa contra Ucrania y hasta el 22 de agosto, han muerto 5.587 personas, entre ellas 362 niños, mientras unas 7.890 personas han resultado heridas. Sin embargo, la nota aclara que se trata solo de los casos plenamente confirmados e identificados, cuando el “número real” de muertes de civiles es mucho mayor debido a los retrasos en la recepción y verificación de información de las zonas de intensos combate
Deportaciones a la fuerza
Tanto el comité para los derechos humanos del Parlamento como el Consejo panucraniano de Iglesias y organizaciones religiosas denuncian que mediados de agosto, más de 3 millones de ciudadanos ucranianos fueron deportados a la fuerza o voluntariamente desde los territorios ocupados del este y el sur de Ucrania al territorio de Rusia.
“Miles de nuestros defensores y civiles están cautivos de los invasores rusos. Rusia no proporciona ninguna información sobre el destino de la mayoría de ellos, ignorando todas las normas del derecho internacional humanitario. Informaciones de diversas fuentes indican que nuestros compatriotas son sometidos a brutales torturas, presiones físicas y psicológicas, son mantenidos en condiciones inhumanas, a menudo sin agua ni comida”, subraya la declaración conjunta.
Irrespeto a la Convencion de Ginebra
De allí la exhortación a la comunidad internacional para la búsqueda de todas las vías posibles para liberar a los prisioneros teniendo en cuenta que las condiciones de incumplimiento por parte de Rusia de las disposiciones de las Convenciones de Ginebra relativas al tratamiento de los prisioneros de guerra y de los civiles detenidos ilegalmente, así como la ausencia de un mecanismo fiable de interacción con la parte rusa en lo que respecta a la decisión del futuro destino de las categorías específicas de personas.
Al concluir la nota el Consejo Panucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, y el Comisario de la Rada Suprema de Ucrania para los Derechos Humanos invitan a rezar por la paz y por una victoria inminente.