La Iglesia alemana recaudó en 2019 a través del Kirchensteuer o impuesto religioso 6.760 millones de euros, un récord que contrasta poderosamente con la alarmante cifra de católicos alemanes que abandonan la Iglesia.
Lo acaba de publicar la Conferencia Episcopal Alemana (CEA): la Iglesia en aquel país obtuvo el año pasado cien millones de euros más que el año anterior a partir del impuesto religioso, que el Alemania obliga al fiel confeso a destinar una parte importante de sus ingresos a financiar la institución religiosa a la que pertenezca.
Según publica la CEA, la Iglesia en Alemania recibió de los contribuyentes 6.760.822.900 euros en el mismo año en que se verificaba otro récord: el mayor número anual de apostasías. 272.771 alemanes apostataron el año pasado, un notable aumento con respecto a los 216.078 del año anterior. El año pasado, los católicos representaban el 27,2% de la población, 22.600.371 fieles. Solo que de esos, solo practica una minoría exigua, con lo que la proporción desciende al 9,1%, dos décimas menos que en 2018. Más madera: los sacerdotes pasan en un año de 13.285 (solo 6.460 en activo), a 12.983; las bodas católicas, de 42.789 a 38.537, los bautizos, de 167.787 a 159.043, las primeras comuniones, de 171.336 a 166.481. y los funerales, de 243.705 a 233.937.
La publicación de la CEA en la que aparecen estas fastuosas cifras de ingresos ignora por completo los otros datos, también recientes, sobre la sangría de fieles. Cita, en cambio, el polémico ‘camino sinodal’ emprendido por el episcopado y se explaya con asuntos como ‘Creación y Medio Ambiente’ e ‘Iglesia Inclusiva’, además de versar sobre la situación creada por la pandemia.
Por: InfoVaticana