Entrevista a Monseñor Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, con ocasión del informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, publicado el pasado 13 de julio.
En entrevista con Vatican News, Monseñor Arellano, señaló que el informe presentado el pasado lunes, estudia “qué camino lleva la humanidad en la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, que se inauguró en el 2015”. Luego de cinco años se busca estudiar “cómo va el compromiso del mundo a fin de que el hambre y la seguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición se consigan”, destacó.
“La comunidad internacional pensó que esto sería posible en el 2030. Por desgracia los datos indican que el mundo no está avanzando hacia el cumplimiento de la meta segunda de esta agenda que es asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente”, aseguró.
Aún lejos del ‘hambre cero’
También afirmó que, según los nuevos datos, “60 millones más de personas han sido afectadas por el hambre desde el año 2014. Desde este año hay una tendencia continua y el número de personas subalimentadas sigue creciendo. Se estima que para el 2030, lejos de haberse acabado el hambre en el mundo, habrá en torno a unos 840 millones de personas subalimentadas”. Desafortunadamente, subrayó que “el mundo no está en vías de lograr el objetivo del ‘hambre cero’”.
Paz, solidaridad y justicia
Como consecuencia de esta realidad visibilizada por el informe, según el Observador Permanente “el mundo tendría que invertir en paz, en solidaridad y naturalmente en justicia. Pero el mundo tendría que despertar, abrir los ojos, porque verdaderamente todo puede cambiar si hay una sana y leal cooperación”.
Concluye Monseñor Arellano: “la palabra fundamental en la actual coyuntura es cooperación, y una inversión en solidaridad internacional”.
Este informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo es el estudio mundial más autorizado en relación con el seguimiento de los progresos realizados hacia la erradicación del hambre y la malnutrición. Es elaborado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).