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Colecta para Tierra Santa, Sandri: ayudemos a seguir viviendo y esperando

El cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en su carta enviada a las Iglesias locales de todo el mundo con motivo de la próxima Colecta para Tierra Santa, evidencia el gesto de cercanía del Pontífice en sus viajes realizados en el 2021 a Iraq, Chipre y Grecia

“El gesto de la oferta, aun pequeña, pero realizada por todos, como óbolo de la viuda, permite que nuestros hermanos y hermanas puedan seguir viviendo y esperando, y puedan también seguir ofreciendo un testimonio vivo del Verbo hecho carne en los Lugares y por las calles que vivieron su presencia”: lo recuerda el cardenal cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en la carta enviada, el miércoles de Ceniza, a las Iglesias locales del mundo entero, en la que ofrece una reflexión sobre el significado de la Colecta para Tierra Santa, que tendrá lugar el próximo 15 de abril. Una iniciativa que se celebra en el día de la Pasión salvífica del Señor, el Viernes Santo y que se debe al “expreso deseo de los Romanos Pontífices”.

“No se trata de una realidad vieja y superada” explica el cardenal, ya que en ella “se expresa el reconocimiento, ante todo, de nuestras raíces, que se encuentran en el anuncio de la redención, el cual se difundió desde Jerusalén y ha llegado hasta todos nosotros”.

Si perdiésemos nuestras raíces, ¿cómo podríamos ser, en cualquier lugar del mundo en el que nos encontremos, un árbol que crece y da frutos de amor, caridad y generosa entrega?

En la misiva, el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales señala la importancia de la colecta de este año, después de dos años consecutivos en que los cristianos de Tierra Santa han celebrado la Navidad y la Pascua “en una especie de aislamiento, sin el cariño y la amistad solidarias de los peregrinos que visitaban los Lugares Santos y las comunidades locales”. Las familias, precisa, han sufrido enormemente “más por la falta de trabajo que por los efectos inmediatos de la misma pandemia”.

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La caricia del Papa

Asimismo, el purpurado recuerda las dos peregrinaciones de esperanza del Santo Padre en el 2021, entre las comunidades cristianas de Medio Oriente y de Tierra Santa “para llegar a acercarse a algunos de los más pobres y afligidos por el dolor” en Iraq, tierra de Abraham, “que ha sabido custodiar el nombre de Cristo, aun a pesar de la violencia de la guerra y la persecución”. Y después, Chipre y Grecia, tierras de la predicación apostólica, donde el Papa se ha encontrado con el sufrimiento de la división: “de una tierra, de los pueblos, de los mismos creyentes en Cristo, que aún no pueden sentarse en la misma mesa de la Eucaristía, de aquellos que, en gran número, han llegado allí buscando refugio y acogida”.

Ante estos gestos del Santo Padre, que testimonian el deseo de cercanía, de encuentro, de llevar al menos un poco de alivio, como si fuese la caricia del Nazareno, hemos de tener –personalmente y como comunidades cristianas– la valentía de preguntarnos: ¿qué es lo que estoy viendo, de qué me estoy dando cuenta? ¿Cuál es la amplitud de mi mirada? En la Pascua hacia la que nos conduce el camino cuaresmal que hoy hemos comenzado a recorrer, ¿dejaré que el Señor pueda visitar mis y nuestras soledades? Y al Amor que vendrá a visitarme, ¿sabré responder con amor? ¡El amor no se paga sino con amor!

“Cristo, continúa el cardenal, ha sufrido y ha muerto una sola vez y no puede de nuevo morir, en su Cuerpo, que es la Iglesia, sigue sufriendo, especialmente en Medio Oriente, pero también en todos los otros lugares del mundo”, donde persisten la persecución, la globalización de la indiferencia y la violencia de la guerra, “como está ocurriendo ahora en Ucrania”.

Con la mirada puesta en Cristo e inspirados por los gestos de cercanía del Papa Francisco en sus Viajes Apostólicos y acogiendo su invitación a ser solidarios con nuestros hermanos y hermanas de Tierra Santa, el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales invita pues a dar “nuevo vigor y nueva savia a la práctica de la Colecta de Tierra Santa” y a “vivir la Colecta”, cuidando su preparación “por medio de testimonios, oraciones o la sencilla celebración del Vía Crucis”.

La Colecta del año pasado

La Congregación para las Iglesias Orientales dio también a conocer un resumen de la Colecta del año pasado, que recaudó más de 6 millones de dólares.

“Los territorios que se benefician en diversas formas de apoyo de la Colecta son Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak”. La educación de los laicos y la formación de los sacerdotes están entre los principales destinos del 35% de la Colecta de la Congregación para las Iglesias Orientales.

La Universidad de Belén ofrece una educación que pretende ayudar a reconciliar las diferencias religiosas y culturales que han ensombrecido la vida en Tierra Santa durante innumerables generaciones. “Casi 3.300 jóvenes, en su mayoría musulmanes palestinos, reciben una formación intelectual y humana con la esperanza de participar en la construcción de un país donde reine el respeto mutuo y se preserve la dignidad humana”.

Por: Vatican News

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