Los Entrepreneurs et Dirigeants Chrétiens-EDC [Empresarios y Dirigentes Cristianos] acaban de publicar una guía práctica para poner en marcha, con éxito, la “razón de ser” de las empresas. Su responsable, Pierre de Lauzun, presidente de la Comisión economía y finanzas éticas de los EDC nos explica por qué esta guía es un instrumento necesario para plantearse preguntas importantes sobre la empresa respecto a la Doctrina social de la Iglesia.
¿Por qué publicar una guía sobre la razón de ser de la empresa al servicio del bien común?
La ley Pacte de 2019 permite a las sociedades tomar tres medidas: tener más en cuenta los retos medioambientales y sociales; la transformación en sociedades con una misión para quienes lo deseen; definir su razón de ser. Como cristianos esta última noción nos parece especialmente importante porque nos da la posibilidad de preguntarnos sobre la misión real de la empresa, su contribución al bien común en relación con la Doctrina social de la Iglesia y otras consideraciones humanas, morales y humanitarias.
¿Cómo conciliar religión cristiana y empresa?
Para la Iglesia, existe una relación estrecha entre moral y economía. La Doctrina social de la Iglesia habla del bien común, que es mucho más que el interés general. Implica reconocer la responsabilidad de la empresa en la utilización acertada de sus recursos y medios en esta perspectiva del bien común. Para conseguirlo, es positivo presentarse cuál es su “razón de ser”: por qué y para quién actúa, no solo en vista de los objetivos económicos, sino respondiendo a los desafíos éticos (sociales, medioambientales u otros). Su compromiso hacia el conjunto de los socios. No importan solo las ganancias a corto plazo de la empresa o la remuneración de los socios, a pesar de que son importantes, puesto que la gestión de la empresa implica también a sus empleados, sus clientes y sus proveedores. Recordemos lo que dice el papa Francisco en su encíclica Laudato Si’: «Para que surjan nuevos modelos de progreso, necesitamos “cambiar el modelo de desarrollo global”, lo cual implica reflexionar responsablemente “sobre el sentido de la economía y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones”» (n. 194).
Entonces, ¿qué incluye la noción de “razón de ser” de una empresa?
Es, dentro de la empresa, lo que permite reunir de la manera más amplia posible a las partes implicadas en relación a una comunidad de intereses y objetivos compartidos. Es lo que permite a la empresa expresar su naturaleza y su proyecto para, así, participar en el bien común. Recordemos que esto se define como «un conjunto de condiciones sociales que permiten, tanto a los grupos como a cada uno de sus miembros, alcanzar su perfección de una manera más completa y natural». Se trata de poner en marcha una buena vida en el marco de la sociedad y de que todos tengamos una conciencia más clara de las exigencias.
Es un proyecto ambicioso…
Ciertamente lo es, pero esto demuestra también el papel múltiple que tiene la empresa. De hecho, la razón de ser de una empresa está, a la vez, en su arraigo (cuál es su historia, su visión estratégica), su unicidad (en qué se diferencia de las demás empresas) y su compromiso (cuál es su misión con respecto a sus colaboradores, proveedores, clientes, el medioambiente, la ética, etc.).
¿No es, sobre todo, un (nuevo) concepto de marketing?
Sería una pena para una empresa no emprender este trabajo sobre ella misma. Siempre existe el riesgo de hipocresía, o de puro marketing; pero duraría poco porque la verdad acaba siempre saliendo y en términos de imagen podría ser devastador. Si una empresa inicia este camino, lo debe hacer de manera verdadera, sincera y hasta el fondo.