Vatican News

Altos funcionarios católicos, ‘alarmados’ por el acercamiento de Trump al sector ‘tradiocionalista’

Altos funcionarios de la Administración Trump han confesado a la agencia CNA su “frustración” ante los tuits en los que el presidente respalda a “personajes católicos polémicos” como Viganò o Taylor Marshall, asegurando que esos comentarios públicos podrían frustrar la labor que muchos funcionarios católicos esperan realizar.

Lo menos que se puede decir de estos “funcionarios católicos” es que su labor es, más que meramente invisible, completamente inrrastreable. No se les ha oído una palabra sobre la actitud más agresivamente abortista de los demócratas, por ejemplo, y muy especialmente de supuestos ‘correligionarios’, como el candidato a la presidencia Joe Biden o el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y saltan como un resorte cuando el presidente más consistentemente provida de la historia americana reciente cita a católicos que no siguen la línea general, no de la doctrina, sino de la ‘política episcopal’.

En la últimas semanas, la cuenta del presidente en Twitter ha citado a dos personajes que se oponen a la deriva progresista y ‘renovadora’ de la actual jerarquía: el ex nuncio en Estados Unidos, arzobispo Carlo Maria Viganò, y el autor y polemista Taylor Marshall, cuyo último libro, Infiltración. 

Es evidente que la actitud de estos supuestos ‘funcionarios católicos’ refleja al detalle la de la propia Conferencia Episcopal de Estados Unidos, cuyo alineamiento contra Trump es un secreto para nadie. Y el nivel de hipocresía es monumental cuando, como hemos dicho, los obispos se resisten como gatos panza arriba a condenar como sería lógico a los cada vez más radicalmente abortistas (y más) políticos de su partido favorito, el demócrata.

Para empezar a hablar, Trump no es católico. No tiene por qué seguir línea oficial alguna en sus preferencias por personajes católicos, y visto el aborrecimiento y desprecio de prelados como el arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, tiene todo el sentido del mundo que respalde a quien es amable con él y le apoya.

De los dos citados, Viganò es sin duda el más polémico, por su explosivo testimonio sobre el silencio de la jerarquía ante las andanzas del ex cardenal McCarrick -del que se nos prometió un informe desde Roma para el pasado mes de septiembre, y ni una palabra- y de la ‘mafia gay’ en las filas del alto clero.

Pero al dedicar palabras amables a Viganò el presidente no hacía sino responder a una apelación directa y elogiosa del propio arzobispo. ¿Qué hay más natural que eso, sobre todo cuando Trump, repetimos, no es católico? De una Iglesia de la que recibe críticas continuas, ¿no es normal que se refiera a uno de los poquísimos que le trata con amabilidad?

En cuanto a Marshall, no es exactamente un excomulgado, ni mantiene doctrina alguna que le aparte de la Iglesia, algo que podría cuestionarse de teólogos como Boff, hoy una de las estrellas de la renovación.

Marshall es tradicionalista, conservador y proTrump, lo que justifica plenamente que el presidente le prefiera a todos los que, con la misma fe, se declaran sus enemigos. Lo extraño, pues, no es que el presidente les cite con un trato de favor; lo verdaderamente extraño es que el catolicismo ‘oficial’ norteamericano sea totalmente incapaz, por una parte, de alabar públicamente las declaraciones provida del presidente, y de otra, de condenar el furor con el que supuestos políticos católicos defienden la Cultura de la Muerte.

Por: InfoVaticana

Deja un comentario